Las palabras tienen un gran poder sobre nuestro cuerpo y nuestra mente. Nuestro cerebro procesa las palabras y las interpreta de una manera que puede afectar nuestras emociones, pensamientos y comportamientos. Por lo tanto, el lenguaje que utilizamos para comunicarnos con nosotros mismos y con los demás puede influir en cómo nos sentimos y en cómo nos comportamos.
Las palabras pueden tener un efecto positivo o negativo en nuestro cuerpo. Las palabras negativas pueden generar ansiedad, estrés y tristeza, mientras que las palabras positivas pueden generar felicidad, confianza y motivación. Por ejemplo, si alguien nos dice que somos inútiles o incompetentes, es posible que nos sintamos deprimidos y con baja autoestima. Por otro lado, si alguien nos da palabras de aliento y nos dice que somos capaces y talentosos, nos sentiremos más seguros y motivados.
Además, el poder de las palabras también puede manifestarse a través de la forma en que hablamos. Si hablamos con un tono de voz negativo, por ejemplo, con una voz enojada o agresiva, es posible que provoquemos una respuesta negativa en la otra persona, lo que puede llevar a conflictos y malentendidos. Por el contrario, si hablamos con un tono de voz amable y comprensivo, es más probable que la otra persona se sienta escuchada y entendida.
En resumen, las palabras pueden tener un gran poder en nuestro cuerpo y en nuestras relaciones con los demás. Por lo tanto, es importante ser conscientes de cómo hablamos y de las palabras que elegimos para comunicarnos, ya que pueden influir en cómo nos sentimos y en cómo se sienten los demás a nuestro alrededor.
MENSAJES DEL AGUA – Masaru Emoto
El científico japonés Masaru Emoto llevó a cabo un experimento (1) que como mínimo es curioso y que provoca reflexión. El Dr. Maseru Emoto estudió el impacto y la forma en la que reaccionaban las gotas de agua en relación a las emociones humanas externas expresadas en palabras.
Su experimento consistió en asociar a determinadas gotas de agua una palabra que podría ser positiva (amor, cariño, gracias…) o negativa (te odio, déjame, me molestas, mentira…).
Después de aplicar estas palabras a las gotas de agua observaba en un microscopio cómo evolucionaban los cristales de agua y curiosamente los del agua tratada con palabras positivas mostraban figuras preciosas como diamantes, copos de nieve y perfectamente delimitados mientras que las gotas de agua sometidas a palabras de efectos negativos tenían cristales de formas menos definidas que incluso mostraban caos.
En Internet es fácil encontrar las figuras de estos experimentos y las imágenes son realmente espectaculares. Aquí tienes algunas de ellas.(1) The Hidden Messages of Water, 2005. Bestseller book
Este experimento puede llevarse a cabo con arroz, manzanas… y, claro está, con personas.
Esta experiencia puede llevarnos a pensar en el impacto que nuestras palabras provocan en el receptor cuando las emitimos.
Si tenemos en cuenta que nuestro cuerpo tiene más del 60% de agua y que nuestro cerebro tiene más del 70% de materia acuosa, ¿qué puede pasar en el cerebro cuando insultamos a alguien o la sometemos a presión? por el contrario, qué efecto se produce en cada molécula de agua que tenemos en nuestro organismo cuando le decimos a alguien palabras como “te quiero”, “te aprecio”, “me gusta lo que has hecho”…
¿Cómo crees que se colocan las moléculas de agua en tu interior cuando recibes una ofensa?
¿Cómo crees que se alinean las moléculas de agua de una persona a la que halagas su forma de actuar y das las gracias?
Algo de química hay en todo esto que se mezcla con la parte emocional ¿o quizá es la emoción la que nos modifica la química?
Es evidente, una palabra amable siembra mucho más que una ofensa, además la forma de los cristales que nos enseñan las fotografías del Dr. Maseru Emoto, de agua son más bonitos y aunque solo fuera por esto vale la pena hablar de forma amable y positiva.
Es obvio que la forma que tenemos de comunicarnos con los demás, influye mucho en la forma de trato que se nos devuelve (Ley causa y Efecto).
Este artículo ha sido publicado en la web del autor, www.conmentemolona.blogspot.com, bajo el título El Impacto De Las Palabras En Nuestro Cuerpo.