Tu árbol de los deseos

Siéntate en el suelo o en una silla cómodamente, con la espalda bien recta. Cierra los ojos o entórnalos, como tu prefieras. Y ahora que estás sentado date cuenta de que estás respirando y de que tu respiración es algo muy especial. Inhala y exhala lentamente pero siendo consciente de tu respiración. Te lleva al aquí y al ahora. Aquí, donde ahora estás sentado. En este lugar. 

Permanece un momento con tu atención en la respiración. Inhala y exhala varias veces lentamente. Tómate el tiempo necesario para sentir el movimiento de tu respiración. La respiración entra y sale… una y otra vez.

Dirígete ahora a un hermosos lugar en plena naturaleza. Quizás se trata de un lugar en el que has estado alguna vez o de un lugar de fantasía. Tómate un momento para ver dónde estás ahora. En este lugar te encuentras muy agusto, tranquilo y sereno. Tienes una vista magnífica, puedes ver hasta la lejanía sin ningún esfuerzo. ¿Qué es lo que ves? Si miras bien, verás que a lo lejos hay un viejo árbol. Ve hacia él. Es un árbol hermosos y centenario. Es un árbol muy especial.

Se trata del árbol de los deseos y tiene más de 100 años. Es grande y fuerte, con un tronco muy grueso, sus ramas anchas y abiertas, están repletas de hojitas de un verde nuevo y primaveral. Si te fijas bien, verás que en las ramas del árbol hay unas palomas blancas. Unas están muy juntitas y otras más distantes. Hay muchas. Cada paloma puede cumplir uno de tus deseos. Pero, no ahora mismo, sino cuando llegue el momento oportuno. No todos tus deseos, sino aquellos que procedan realmente de tu corazón y que para ti son muy importantes. Cada vez un deseo. 

Tómate ahora todo el tiempo que necesites para que desde tu corazón aflore un deseo. No necesitas pensar en él, limítate a esperar tranquilamente a que este se manifieste por sí mismo. También puede ser un sentimiento o una idea. Puede ser algo de lo que nunca hayas hablado con nadie. ¿Qué es lo que se te viene a la cabeza? Si ya lo sabes, puedes llamar muy bajito a una de las palomas, sin que nadie más te oiga. Deja que se pose en tu mano y acércala a tu corazón para que sepa cual es ese deseo ferviente. 

Dale tu deseo a la paloma y abriendo la mano suéltala y déjala ir. Observa como se aleja volando, más o menos lejos. Va de camino a cumplir tu deseo. No hoy o mañana, posiblemente tampoco la próxima semana. pero confía en que siempre hay algo que puede cambiar. No siempre será exactamente como tú querías, ni quizás las cosas suceden tan rápidamente como desearías. Pero confía y deja ir ese deseo y las imágenes que vengan con él.

Poco a poco, abre nuevamente los ojos y quédate sentado unos instantes.


Meditación basada en «El árbol de los deseos», uno de los cuentos más conocidos de Osho.

No prestes mucha atención al miedo, porque eso es peligroso. Si prestamos mucha atención al temor, lo estaremos alimentando, y crecerá”.

-Osho-

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