Mindfulness en las aulas

Uno de los problemas reales que existe en las aulas es el exceso de energía, hiperactividad, impulsividad, falta de atención y de concentración. A lo largo de la jornada escolar, los profesores dedicamos una gran parte de nuestro esfuerzo en reconducir a todos los alumnos hacia las explicaciones, y no siempre lo conseguimos a pesar de probar diferentes actividades y metodologías para ello.

Algo tenemos que hacer.

El trabajo tanto de la atención como del autocontrol son dos aspectos muy importantes en una clase en la que algunos alumnos presentan Necesidades Educativas Especiales, pues la mayoría de ellas suelen estar relacionadas con la hiperactividad, impulsividad, bajo poder de concentración, desconocimiento de las emociones y de su manejo o dificultad en las funciones ejecutivas (atención, memoria, planificación…).

A través de distintas actividades de Mindfulness es posible cohesionar al grupo y crear una relación entre ellos y con los profesores que permita el desarrollo personal de los alumnos y el aprendizaje.

Numerosas investigaciones y estudios demuestran que la relajación produce numerosos beneficios en estas circunstancias.

Si pruebas a apagar la luz en algunos momentos puntuales (a primera hora de la mañana, después del recreo, entre clase y clase…) y practicas alguna técnica de relajación, conseguirás, que los alumnos bajen el ritmo, y garantizarás su atención plena.

Como si se tratara de un truco de magia, los alumnos se calman y participan en la dinámica de la relajación, siguiendo en todo momento las indicaciones. Los alumnos se concentran en la música, en la voz del docente, en el sonido del agua… y tras un momento con los ojos cerrados y respirando pausadamente, se pueden disponer haciendo un círculo. Aún siguen en la relajación, pero comienzan a realizar pequeñas actividades de memoria auditiva, de atención, expresión oral o secuencias. Los alumnos responderán adecuadamente a la demanda del docente que se ajustará a las capacidades de cada uno.

Además, cabe destacar el interés y satisfacción que los alumnos demostrarán ante esta actividad al verla diferente, como un juego que le proporciona numerosos beneficios internos, a nivel emocional y de autocontrol.

Una de las maneras más exitosas de practicar la relajación con escolares es a través del Mindfulness o atención plena pues, sirve para aprender a ser conscientes y la consciencia tanto de lo que ocurre a nuestro alrededor como de lo que ocurre en nosotros mismos, es imprescindible.

De forma general, podemos diferenciar dos grandes tipos de relajación: la relajación estática y la relajación en movimiento.

-La relajación estática es aquella práctica que se realiza para alcanzar un nivel de relax, pero que no requiere un movimiento excesivo. La manera más frecuente de realizarla es en una posición cómoda, ya sea tumbados o sentados. En este caso no le damos protagonismo al cuerpo, sino que se lo damos a la mente y a los sentidos.

-La relajación en movimiento, donde el movimiento es el protagonista, destacan la danza y el ejercicio de imaginación y movimiento, donde tienen cabida tanto el cuerpo como la mente.

El Mindfulness va más allá de simplemente relajarse. El Mindfulness o atención plena se puede definir como una actitud que, a través de la calma y la consciencia, nos facilita vivir de manera más intensa el momento presente.

Este término no ha sido originado actualmente, sino que procede del budismo, concretamente del budismo zen. Thich Nhat Hanh y Jon Kabat-Zinn son algunas de las personalidades más importantes que transfirieron esta técnica hacia occidente, aunque sin ningún significado religioso. Ellos, de forma muy sintetizada, transmiten que debemos vivir plenamente el momento presente pues es un milagro que no solemos apreciar, y que lo normal es que nuestra mente se encuentre en el pasado o en el futuro, nunca en el presente, perdiéndonos así muchos de los momentos que presenciamos y viviendo sin darnos cuenta de forma automática

Con la introducción del Mindfulness en el aula lo que se pretende es lograr que los estudiantes sean capaces de regular la atención entrenándose en ello. Puede ponerse en práctica desde edades muy tempranas, adaptando la explicación al nivel de conocimiento.

Son numerosos los beneficios demostrados que presenta el Mindfulness sobre múltiples ámbitos y, en especial, en la escuela, afectando tanto a profesores como a estudiantes.

-A nivel psicológico. Reduce los niveles de estrés, ansiedad, depresión, afecto negativo, cansancio, dolor y quejas psicosomáticas y, por otro lado, incrementa los niveles de afecto positivo.

– Aumento de sentimientos y constructos positivos. Sensación de calma, relajación, mejora del sueño, menor reactividad, autocuidado, autoconciencia, sentido de conexión con la naturaleza, mayor optimismo y mejor concepto de uno mismo.

– Regulación emocional. Claridad y conciencia emocional y autocontrol de emociones negativas.

– Función cognitiva. Mayores niveles de atención, aumento en la autorregulación y funciones ejecutivas, mejora del funcionamiento cognitivo, mayor procesamiento de la información, inteligencia práctica y creatividad.

– Ámbito social y escolar. Incremento de habilidades y conductas sociales, mejora de la inteligencia social y del comportamiento en el aula. Por otra parte, reducción de comportamientos disruptivos y de comportamientos propios del alumnado con TDAH. Reducción de niveles de agresión y mejora de la aceptación. Todo ello conlleva un mayor rendimiento académico.

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