Aquí estoy… en el jardín de mi casa con la música de la radio a tope… El sonido de los pájaros me envuelve, las voces de los vecinos alborotan la mañana, pero no las escucho, me encuentro tranquilo, sereno y en paz conmigo mismo. Es un sitio donde concentrarse puede parecer poco probable. Sin embargo, abro el ordenador y me siento a escribir. Tengo esa “necesidad” interna. Me es inevitable hacerlo. Lo disfruto y aprendo de mí mismo mientras lo hago. Hago algo que siempre he querido hacer, pero que nunca encontraba el momento. Siempre había una excusa que mi consciente me ponía en medio.
Hoy, he decidido hacerlo, he vencido a mi pensamiento y lo he convertido en realidad. Como llevo tiempo sin que esta energía me surja… no dudo ni un segundo en dejar todo lo que tengo en la larga lista de tareas por hacer y me pongo en marcha… Comienzo a hacer realidad mi sueño. Ese que desde hace mucho tiempo siempre he querido hacer.
No pretendo ser un gran escritor, sino simplemente plasmar en unas poquitas líneas, todo aquello que me ronronea y que me gustaría compartir. ¿Quién sabe? Quizás te encuentres en mi misma situación y te pudiera servir en tu día a día al igual que lo hizo para mí.
«Origen en lo vivido y Fin en lo aprendido»
Ahora estoy aquí, con total presencia. He conseguido plasmar mis inquietudes. No tengo que hacer ningún esfuerzo, sale solo. No me vienen pensamientos de lo que pudo haber sido y no fue o de lo que posiblemente será. Mi mente está completamente en el presente y me es fácil. El Aquí y el Ahora están junto a mis ideas, mis pensamientos, mis anhelos, mis emociones…
Muchas de las ideas que te comparto son producto de mi experiencia en la vida, otras son reflexiones basadas en artículos que he leído y que me han ayudado mucho a entender todo aquello que desconocía. Mi vida no siempre ha sido del color de las rosas, llena de cosas bonitas, sino que han habido numerosas piedras por el camino, grandes y pequeñas, que me han hecho hurgar y buscar los recursos necesarios para aprender a sortearlas. Los momentos difíciles me han ayudado y mucho a reaprender lo aprendido en numerosas circunstancias porque la infancia y la sociedad en la que vivimos, queramos o no, nos marca un camino. Es decisión nuestra aceptarlo o cambiarlo.
«El renacimiento de uno mismo es una condición
indispensable para alcanzar la felicidad»
En algunos momentos de mi vida, algunas emociones eran tan fuertes que no he sabido o no he podido luchar con ellas. Me bloqueaban y era incapaz, ni siquiera de expresarlas, y mucho menos, de comentarlas con nadie, incluso con las personas más afines sentimental o familiarmente.
En una ocasión dejé marchitar una preciosa flor por no saber regar el jardín y ello me hizo tocar fondo y replantearme mi vida. Salir de mi Zona de Confort era mi objetivo y para ello tuve que empezar a buscar aquello que impedía que llegara el agua para poder regarla, y mantenerla tal como era.
Lo achacaba al piloto automático con el que vivimos diariamente, sin ser consciente de la repercusión que ello pudiera tener en mi ser. Acudí al Mindfulness para acallar mi mente y ser consciente del presente, dejando el pasado a un lado y olvidándome del futuro. No olvidándolos, sino aceptándolos, y sacando ese coraje y corazón que en toda circunstancia de la vida hay que tener para cultivar tu mejor versión.
Encontré la paz, mi paz interior. Fue un camino duro y difícil, no lo niego, pero muy satisfactorio y reconfortante a día de hoy. El Universo me tenía preparada esta prueba, la viví, la experimenté, y aprendí de ella. Aprendí a conocerme, y ahora sé quien soy, lo que quiero y lo que no quiero, lo que me molesta y lo que disfruto, donde quiero estar y con quien quiero estar.
Podría intentar ser lo que los demás quieren que sea, pero dejaría de ser quien soy y es mucho más valioso quien soy. Podría intentar seguir siendo menos intenso, ser más callado, menos dramático, menos leal, reprimir mis lágrimas, gritar menos cuando estoy feliz, bailar sin levantar las manos, hacer el tonto de vez en cuando. Podría aborrecer la lluvia, renunciar a los atardeceres, amar menos el mar y el cielo estrellado. Podría amar un día sí y otro no, y hasta podría hacer el amor sin amar. Podría yo seguir complaciendo a gente falsa, podría jugar mejor que los demás, podría ser más hipócrita que ellos, podría ser otro y no amar hasta los huesos, Pero entonces…
«NO SERÍA YO«
Con el paso de los años he conocido y sentido que mi esencia es única y no hay punto de comparación con nadie. Y además, ni ganas tengo de ser diferente. Soy el que quiero ser y con eso me basta. Mi esencia vale mucho…. Muchos pierden su esencia por complacer a otros, pierden su originalidad, su huella, su salud emocional y mental y hasta su vida. Me encanta, me apasiona, amo y disfruto lo que hago, y aquí estoy compartiéndolo contigo si aún continúas por aquí.
Superar todas aquellas debilidades y vulnerabilidades que no te dejan crecer como persona, es de valientes. Reconocer y enfrentar nuestras debilidades es un paso importante en el camino hacia el crecimiento personal. A veces, los momentos incómodos y dolorosos son los que más nos enseñan y nos permiten fortalecernos como individuos. La gratitud, incluso en medio de dificultades, es una virtud poderosa. Apreciar lo vivido, incluso las experiencias dolorosas, puede ser una forma de encontrar significado y propósito en ellas.
A menudo, las adversidades nos enseñan lecciones valiosas y nos moldean de maneras que no podríamos haber imaginado. Sin ellas yo no sería quien soy, entendiendo esto en el sentido de conseguir sacar mi verdadero yo, no en el sentido de que me he convertido en lo que esas personas quieran que sea para ellas, que es bien distinto.
Algunas de mis reflexiones personales tienen origen en el sentido común, que muchas veces dejamos de lado por vivir con el piloto automático. He leído muchos artículos sobre psicología, crecimiento personal, atención plena, etc… y todos ellos me han iluminado y ayudado a desarrollar mi espíritu crítico, ese que durante algún tiempo abandoné y me fui infiel a mi mismo. En mí, como único responsable, estaba el volverme fiel a mí mismo y darle el lugar que se merece, que no es otra que darme la felicidad.
Es posible que te resuenen algo si miras un poquito en tu interior. Así me siento yo, así me he sentido en algún momento de mi vida, y podría decir en algún momento de esta lectura. O quizás, por el contrario, es posible que no sepas a qué me refiero porque nunca lo sentiste o viviste, o quizá sí pero no te has dado cuenta porque no te has parado a pensarlo.
Si es lo primero, no sigas leyendo, ni perdiendo el tiempo. Tu vida y tu yo interior, son muy diferentes. No pierdas el tiempo, aprovéchalo. Si por el contrario, te ves reflejado en algún punto, respira hondo, varias veces y siéntate cómodamente en algún lugar, busca un espacio tranquilo y escucha a tu niño interior, a ver qué te dice. Te sorprenderás.
Practica Mindfulness
Mab
Namasté