Cambiando el foco para alcanzar la felicidad

En una conversación profunda y en un momento álgido de la misma, la Luna preguntó: ¿Estaré preparada para encontrar la felicidad? ¿Por qué estando en el Universo rodeado de estrellas y brillando el Sol a mi alrededor, no siento que estoy en el camino para encontrarla?

Cada uno es libre de opinar, dar sus razones y motivos al respecto. Hay tantas respuestas como colores. Todo depende desde el punto de vista que se haga; unos lo harán centrándose en lo espiritual, otros en la parte emocional, otros en la racional, otros en la tradicional, otros en lo vivido, otros en su experiencia, otros en cualquier otra situación…. porque el ser humano y el cerebro-corazón son muy dispares. Y, ¿sabes? Mi opinión es que, todas son válidas y todas están bien fundamentadas. Todo depende del momento en que se encuentre cada persona.

En estas líneas voy a expresar un mensaje un tanto peculiar, que quizás sea erróneo pero al menos es una reflexión un tanto diferente a la habitual. ¿Por qué no, además de mirar tanto hacia adentro y tratar de alcanzar nuestros ideales para ser felices, no tratamos de prepararnos para ser humanos en el mundo exterior, es decir esa forma en la que nos conecta con otras personas?

Se supone que debemos ser siempre felices y eso es bastante difícil y contradictorio cuando además, te están continuamente diciendo qué puedes hacer para ser mejor persona, y más positivo, y más productivo… En su lugar, ¿por qué no hacemos del mundo un lugar mejor y así conseguir la felicidad? ¿Por qué no nos dejamos llevar y vamos construyendo pequeños puentes día a día para poder cruzar ese río que queremos cruzar y alcanzar esa meta que nos proporcione ese bienestar?

Por supuesto, es parte de la condición humana que luchemos por las cosas. Lógicamente tenemos que tener conocimiento y consciencia de lo que nos está pasando, pero cambiemos el foco de atención. No nos centremos tanto en idealizarnos a nosotros mismos descuidando un factor muy importante, el mundo exterior. Hay muchas cuestiones, que lógicamente hay que conocer. Por ejemplo, es racional sentir ansiedad cuando hay miedo. Es racional sentirse deprimido cuando se ha estado bajo mucha presión durante mucho tiempo. Pero estas adversidades consideradas como “negativas”, en realidad no lo son si sabemos gestionarlas. ¿Por qué te digo esto? Porque al sentirlas, el cuerpo reacciona, hace una pausa y recarga las baterías. Es una situación aprendida, en la que tu cuerpo ha realizado un aprendizaje. Sales más victorioso. El problema viene cuando, en la sociedad moderna, hay tanta presión ante todo, que no tenemos ese tiempo para recargar energías y por tanto sufrimos.

Tenemos que trabajar más a nivel estructural en vez de tanto a nivel personal. Ante cualquier situación que nos produzca estrés, tenemos que ser conscientes de qué es lo que me produce ese estrés y cambiarlo, en vez de simplemente recomendar a las personas ejercicios de coaching para situaciones de estrés o mindfulness, porque eso podría funcionar durante un tiempo, pero en realidad solo trata los síntomas en lugar de llegar a la raíz de los problemas.

En vez de estar sentadas en una sala de terapias, intentando realizarnos y mejorarnos a nosotros mismos, todas las personas inteligentes, sensibles, creativas, conscientes, ingeniosas… deberíamos estar cambiando el mundo.

“El movimiento se demuestra andando, no con fórmulas”

Las fórmulas simplemente expresan, con un lenguaje físico-matemático, una realidad, pero donde verdaderamente se ve, es mientras caminas, tropiezas, te arriesgas, te levantas… En definitiva aprendes mientras te mueves, porque si no te pones en marcha, puedes perderte grandes y maravillosas realidades. Y, si no es el camino, algo habrás aprendido mientras caminabas. ¿Para qué ir con el freno de mano echado continuamente cuando estás en construcción y no hay peligro? La incertidumbre nos invade, nos pone a prueba, y es lógica.

Siempre nos indican qué tenemos que hacer para mejorar y alcanzar la felicidad. Por ejemplo, quién no ha oído decir: “Tienes que amarte a ti mismo antes de poder amar al otro”. No niego, que esto sea lo primero que tenemos que tener en cuenta, porque si no te quieres tú, quién te va a querer tal como eres. Las personas necesitan conocerse a sí mismas, antes de poder hacer algo significativo porque cada uno es conocedor de su mochila, pero en un avión que está bajando en picado, la cabina se está despresurizando y ves cómo el compartimento de las mascarillas se abre y estas caen, ¿qué sucede? La respuesta es sencilla, ves cómo la gente está estresada, nerviosa, buscando la mascarilla, que es lo que le ha indicado la azafata antes de despegar, y se está poniendo las mascarillas. Se están ayudando a sí mismos y respiran ansiosos con la mascarilla puesta. ¡Ya estamos salvados! Pensamos en esos momentos.

Nos han dicho qué es lo que tenemos que hacer, y así lo hemos hecho, y simplemente con esa actuación, nuestro cuerpo se ha relajado un poquito. ¿Es la solución? En realidad, nadie se levanta de su asiento e intenta ver qué está pasando con el avión; si los pilotos se han desmayado, si hay algún problema mecánico, qué se puede hacer para nivelar el avión…, y por tanto, el avión se estrellará porque nadie se interesa por la estructura, por aquello que ha provocado que tengamos que ponernos las mascarillas. Solo  nos sentamos en nuestros asientos y respiramos con nuestras propias mascarillas.

Y no, lo que necesitamos son personas que sean lo suficientemente valientes como para dejar de respirar con la mascarilla y nos interesemos por la situación general, por lo que ha provocado que tengamos que hacer uso de las mascarillas y buscar una solución inmediata y así no estrellarnos.

Por otra parte, si solamente nos complacemos con ser nosotros mismos, ser auténticos, ser únicos… ¿Qué sucedería cuando al final te encuentres y descubras que eres desagradable, malvado, aburrido….? Puffff, y ¿ahora qué hacemos? ¿No sería menos aterrador si disfrutaras del día a día y fueras viendo cómo cambiar tu manera de sentir, de pensar, de ser, de reaccionar ante los infinitos estímulos que constantemente tienes a tu alrededor? Quién sabe, lo mismo podrías alcanzar tu felicidad con un simple cambio de foco.

Lógicamente, y muy importante para este cambio de paradigma es ser consciente de que hay que cambiar y estar dispuesto a hacerlo. Si no es así, no vas a cambiar nada. Hay que salir de esa zona de confort en la que nosotros mismos nos hemos metido, donde se está muy seguro pero que realmente no nos proporciona la felicidad.

Me parece muy importante y enriquecedor tener interés en algo más que en uno mismo. Por ejemplo, me parece muy gratificante leer, en la literatura de calidad, tener hobbies o lo que sea. En definitiva, mirar al mundo en lugar de mirarse solo a uno mismo y no obsesionarse con la felicidad descrita y disfrutar de la vivida o de la que está por vivir. Nadie sabe definir qué es la felicidad, y el que lo haga será su definición, no la tuya.

Creo que lo importante es hacer cosas valiosas y significativas, saber valorar y apreciar el presente en todas sus expresiones. Muy a menudo, lo que te da sentido es lo que descubres por el camino en lugar de lo que eliges o sientes en un principio. Para ello influye mucho más el hacer que el ser.

Te cuento todo esto, porque es mi respuesta, a una pregunta de esas que te hacen pararte y reflexionar, buscar la esencia dentro de tu ser. De esas que no tienes respuesta inmediata. De esas que hacen tambalearte. De esas que descubres por el camino y que te hacen enriquecer y crecer más como persona. De esas que le dan más sentido a tu vida. De esas que tendríamos que hacernos más a menudo. De esas que tú no las eliges, sino que se te aparecen en un momento cuando menos te lo esperas porque vas buscando eso que alguien dice llamarse felicidad, pero que nadie es capaz de definirla, porque somos únicos, y eso es lo más bonito de todo. Simplemente, es estar dispuesto a querer cambiar y mirar más por el mundo manteniendo tu esencia, sin descuidar el proceso.

Así que ante las preguntas que la Luna hizo y que te recuerdo: ¿Estaré preparada para encontrar la felicidad? ¿Por qué estando en el Universo rodeado de estrellas y brillando el Sol a mi alrededor no siento que estoy en el camino para encontrarla? solo me queda decir que hay que caminar con paso firme pero caminar. La felicidad es un camino continuo de aprendizaje y crecimiento. No hay un camino único para alcanzar la felicidad, sino que cada persona debe construir su propio camino a través de sus experiencias y acciones diarias viviendo y siendo consciente del presente. Vive el presente, porque el futuro está por venir y puede crear ansiedad solo con pensar en él, y el pasado ya fue y sostenerlo no te permitirá crecer y puede que te pierdas una bonita realidad para alcanzar la felicidad.

Como diría Antonio Machado:

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

Mab

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